lunes, 5 de mayo de 2008

You do it to yourself, you do...(Fotolog 22/10/07)

(Texto reciclado del fotolog 22/10/07)

Hoy he tenido unos agradables dolores estomacales. Que raro, mi médico me dijo que no abusara de bebidas espirituosas y no fumará tanto. Bueno, he cumplido la mitad de la prescripción, así que, por conclusión ilógica total, mi principio de úlcera se agudiza por la causa más usual: el estrés.


La excepción es que en este caso me ha servido para intuir lo que ya debe ser un síndrome reconocido: el entrenamiento vital. Hace poco que he empezado un par de carreras con la intención de ser un tipejo cultivado, ágil y modestamente perverso, un buen sofista, formal e informado para con mis obligaciones. Mientras no pierda de vista la diferencia entre los dos tipos de argumentadores en una discusión (el que argumenta porque cree que puede ganar y el que lo hace porque cree que tiene razón), eso no debería preocuparme.

Me preocupa más el topicazo de los insomnes, el de la estandarización del ser humano. Si, ese, ese, el de: ¿Nos hacemos o nos hacen?, pero aplicado a la dimensión que casi todo el mundo considera más clara: los estudios superiores, antecedentes directos del trabajo (“Esclavos, esclavos… ¡Esos pavos de Dios!”)

Me preocupa seriamente perder de vista los asuntos que me interesan aparte de la vocación que pueda tener. El 95% de la gente a la que le preocupa este hecho buscan una válvula de escape provisional o duradero, o, simplemente, una ocupación que les llene de forma subjetiva o sensitiva. Se me ocurren varias formas de llegar a ese punto, en el que parte ya estoy, en el que parte ya estamos, conservando lo que me hace ser menos patético: el estar sólo, y disfrutar de ello de una forma inimaginable, y el no estarlo, y seguir disfrutándolo, de otra manera que nada tiene que ver con la primera.

Hay miles de maneras. Hay miles de caminos. Y aunque ello lleve a un nuevo replanteamiento (más bien neurosis) de donde acaba la oveja y empieza el hombre, de donde la tibieza se transforma en sangre hirviente, de donde la indiferencia pasa a ser una gota contagiada por la belleza, merece la pena respirar esa sensación de libre albedrío mental, la de estar corriendo en un cosmos con posibilidades sólo limitadas por mi propio cuerpo, y aún sin él.

Habrá que disfrutar del hecho de coger un puñado de basura y saber que por un instante, es único, revelador y esbelto.

“Y, cuando entró en la habitación, donde la luz entraba por los amplios ventanales que la circundaban, se situó en uno de sus múltiples centros y dejó que el torbellino lo llevase, sin por ello perder el control sobre su propio ser.”

Obturador posicionado, refinamiento al 80%. Pronto estaremos preparados para el instante.

Y, cada vez que pienso en el tema, y me cago en todos los dioses habidos y por haber por no dejarme en paz cuando estoy ocupado y torturarme descaradamente cuando no lo estoy y necesito no estarlo, me acuerdo de aquello en lo que no puedo pecar:

Radiohead - Just

1 comentario:

arts ´n´ roll dijo...

Un cronopio es una flor, dos son un jardín (siempre me anima...)