jueves, 9 de julio de 2009

Jour de merde


¿Creen que han experimentado en toda su crudeza y frialdad el concepto de “día de mierda”? Permitan que lo dude. Seguro que tienen un concepto masoquista muy alto de ustedes mismos, pero no creo que sepan en todo su rigor lo que se entiende por horroroso. Es un concepto sencillo, pero posee una serie de matices fantásticos que trataré de explicar a continuación.

Me encuentro (no se lo pierdan) encerrado en un jardín maravilloso. No tiene barrotes, ni guardia, ni cerrojo, pero no hay maldita la manera de salir de allí. ¿Por qué? Es una larga historia. Digamos, simplemente, que no hay que fiarse nunca de lo que te diga un guardia civil, por muy amistoso que sea su tono.

Reflexionaba sobre ello esta misma tarde. Yo lamentándome como un cretino por la muerte del ilustre Jacko, cuando más me hubiera valido preocuparme de mi propia decoloración (causada, a diferencia de la de este último, por la pérdida repentina de pulso cardiaco). Y me veo en esta situación por una especie de castigo de justicia poética. Cuando crean que han llegado al fondo del barranco y nada ni nadie pueden afectarle- cuando tienes una actitud positiva genial porque crees que lo peor ya ha pasado-, no se preocupe. No durará demasiado tiempo, y será doloroso.
Sobre todo esto y más meditaba esta mañana, mientras daba vueltas con mi café en la mano, seguido de dos perros, por el cautivador jardín. Poco después dejé de hacerlo para dedicarme a una de mis ensoñaciones favoritas de los últimos tiempos. Verán, el cerebro de algunas personas funciona así, que quieren que les diga. Cuanto menor es el radio de libertad de movimiento, mayor es el alcance y el desarrollo de la paja mental. Así de sencillo:

Él entra en casa, despreocupado de todo. No lleva ninguna prisa. Acaba de comprar el periódico y se dispone a criticar por enésima vez esa basura a la que osan llamar café comprada en Starbucks. Lleva unas gafas que le endurecen la mirada, una camisa roja sangre y unos pantalones algo ceñidos. Procura concentrarse en el periódico, tiene que acostumbrarse a leerlo en inglés. Eso le hará mejorar. Desde la primera ventana con la que se cruza observa una sombra en el edificio vecino. Sonríe. Esa chica – esa mujer- lleva espiándolo desde que llegó allí hace meses. Lo sabe, cada vez que sube a su terraza en busca de paz e inspiración puede sentirla oteando tras las cortinas. Le halaga muchísimo, aunque teme que descubra su identidad y todo se vaya al garete. Después de todo, está allí de incognito.

Mientras ojea el periódico con desgana, oye a su gato bufar en el recibidor. Morrison no hace eso por nada, asi que se levanta preocupado, sacando de un cajón de la encimera una pistola de pequeño calibre. Viva la quinta enmienda y el país de la libertad, piensa. Despacio, con precaución, se acerca a la puerta principal.
Por suerte, la reconoce antes de haber levantado del todo el brazo con el arma. Pasmado, se la queda mirando sorprendido mientras baja con lentitud los brazos en señal de paz. Ella lo mira, absorta. Es la primera vez que la ve con cierta claridad. Es altísima, morena y con unos ojos verdes surcados de unas profundas ojeras. Escultural. Con la boca pequeña, solo acierta a decir:

— Perdona. Solo quería conocerte.


Y qué quieren que les diga. Solo esa pequeña idea es mejor que dar vueltas al jardín como un idiota. ¿Qué? ¿No era lo que esperaban? ¿Querían un relato de humor delirante sobre mi día de mierda?

Lo siento, pero de alguna manera presiento…Que les importa una auténtica, genuina y llana mierda.

7 comentarios:

A dijo...

Bonito, bonito tu comentario sobre el "jour de merde", el fragmento que has publicado, ¿es de alguna novela?, ¿me podrías decir de cual? Gracias y que tengas días mejores!

Sturm dijo...

Hola, A(vamos avanzando, antes solo era anónimo, ahora me puedo guiar por una letra, ¡wow!). Si por el fragmento te refieres a la parte del texto que va en cursiva, no estoy citando a nadie(soy muy escrupuloso para eso, lo habría puesto), lo escribí yo con el resto como algo un pelín aparte, una ensoñación diurna, vaya.

Y gracias, ya voy teniendo días mejores.

A (+6 letras) dijo...

Jajajja! Entonces mis felicitaciones por esa ensoñación, aunque es una pena no poder continuar con la historia... esperaré pues a otro "jour de merde"... por cierto, todavía no has colgado la foto de La Gironda!

Sturm dijo...

Tienes razón, se me olvidó por completo. Ya está colgada, aunque espero poder mejorarla la próxima vez que vaya por allí.

Por cierto, A(+6 letras), voy a intentar un disparo al aire...¿Alfonso?¿Primo?

A (mejor nos quedamos así) dijo...

Noooo... de verdad mis comentarios parecen de tío?? vaya, vaya.. tendré que mejorar y afinar mi lenguaje...
P.D.: El sitio da un poco de miedo, no?

Sturm dijo...

En realidad no lo pensaba, pero es que he dado por supuesto que me conocías, cuando ya imagino que no...

El sitio no da nada de miedo, todo es estar presente. Esa foto es de hace muchos años, pero creo recordar que la retoqué un poco la iluminación.

Sigue pasándote!

Anónimo dijo...

Hoy fue un día de mierda, un mes de mierda, un año de mierda. Tengo un trabajo de mierda, y una vida de mierda. ¿Qué más puedo pedir no?